21/05/2016
21 de mayo de 2016, víspera del VIII Domingo del Tiempo Ordinario. La Santísima Trinidad. Solemnidad.
Oración de la tarde (vísperas I)
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO I (a elegir entre los dos siguientes)
¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!,
la Iglesia nos sumerge en tu misterio;
te confesamos y te bendecimos,
Señor, Dios nuestro.
Como un río en el mar de tu grandeza,
el tiempo desemboca en hoy eterno,
lo pequeño se anega en lo infinito,
Señor, Dios nuestro.
Oh Palabra del Padre, te escuchamos:
Oh Padre, mira el rostro de tu Verbo;
Oh Espíritu de Amor, ven a nosotros;
Señor Dios nuestro.
¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!
Haced de nuestras almas vuestro cielo,
llevadnos al hogar donde tú habitas,
Señor, Dios nuestro.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu:
fuente de gozo pleno y verdadero,
al Creador del cielo y de la tierra,
Señor, Dios nuestro. Amén.
HIMNO II
Que bien sé yo la fonte que mana y corre,
aunque es de noche.
Aquella eterna fonte está escondida,
que bien sé yo do tiene su manida,
aunque es de noche.
Su origen no lo sé, pues no le tiene,
mas sé que todo origen de ella viene,
aunque es de noche.
Sé que no puede ser cosa tan bella,
y que cielos y tierra beben de ella,
aunque es de noche.
Bien sé que suelo en ella no se halla,
y que ninguno puede vadealla,
aunque es de noche.
Su claridad nunca es oscurecida,
y sé que toda luz de ella es venida,
aunque es de noche.
Sé ser tan caudalosos sus corrientes.
que infiernos, cielos riegan, y las gentes,
aunque es de noche.
El corriente que nace de esta fuente
bien sé que es tan capaz y omnipotente,
aunque es de noche.
El corriente que de estas dos procede
sé que ninguna de ellas le precede,
aunque es de noche.
Bien sé que tres en sola una agua viva
residen, y una de otra se deriva,
aunque es de noche.
Aquesta eterna fonte está escondida
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche.
Aquí se está llamando a las criaturas,
y de esta agua se hartan, aunque a escuras
porque es de noche.
Aquesta viva fuente que deseo,
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche.
Antífona 1: Gloria a ti, Trinidad igual, Divinidad única, antes de todos los siglos, ahora y siempre.
SALMO 112: Alabado sea el nombre de Dios
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 1: Gloria a ti, Trinidad igual, Divinidad única, antes de todos los siglos, ahora y siempre.
Antífona 2: Bendita sea la santa Trinidad e indivisible Unidad; proclamamos que ha tenido misericordia de nosotros.
SALMO 147: Acción de gracias por la restauración de Jerusalén
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 2: Bendita sea la santa Trinidad e indivisible Unidad; proclamamos que ha tenido misericordia de nosotros.
Antífona 3: Gloria y honor a Dios en la unidad de la Trinidad: al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, por todos los siglos.
CÁNTICO: El Dios Salvador
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante Él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 3: Gloria y honor a Dios en la unidad de la Trinidad: al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, por todos los siglos.
LECTURA BREVE: (Rom 11, 33-36)
¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y conocimiento, el de Dios!
¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién
conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado
primero para que Él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del
universo. A Él la gloria por los siglos. Amén.
RESPONSORIO BREVE:
V. Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, ensalcémoslo por los siglos.
R. Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, ensalcémoslo por los siglos.
V. Al único Dios honor y gloria..
R. Ensalcémoslo por los siglos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Antífona Magnificat: Gracias a ti, oh Dios, gracias a ti, verdadera y una Trinidad, una y suprema Divinidad, una y Santa Unidad.
MAGNIFICAT:
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el todo poderoso ha hecho obras grandes en mí,
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.
Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona Magnificat: Gracias a ti, oh Dios, gracias a ti, verdadera y una Trinidad, una y suprema Divinidad, una y Santa Unidad.
PRECES
El Padre, al dar vida por el Espíritu Santo a la carne de Cristo, su
Hijo, la hizo fuente de vida para nosotros. Elevemos, pues, al Dios uno y
trino nuestro canto de alabanza:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Padre, Dios todopoderoso y eterno, envía en nombre de tu Hijo el Espíritu Santo Defensor sobre la Iglesia,
—para que la mantenga en la unidad de la caridad y de la verdad plena.
Manda, Señor, trabajadores a tu mies, para que hagan discípulos de todos
los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo,
—y les den firmeza en la fe.
Ayuda, Señor, a todos los perseguidos por causa de tu Hijo,
—ya que él prometió que tú les darías el Espíritu de la verdad para que hablara por ellos.
Padre todopoderoso, que todos los hombres reconozcan que tú, con el Verbo y el Espíritu Santo, eres uno,
—para que crean, esperen y amen al Dios único.
Padre de todos los que viven, haz que los difuntos tengan parte en tu gloria,
—en la que tu Hijo y el Espíritu Santo reinan contigo en íntima y eterna unión.
Que el Espíritu renueve la santidad de los sacerdotes,
—y de todos aquellos que se preparan para serlo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
PADRE NUESTRO
ORACIÓN:
Dios, Padre todopoderoso, que has enviado al mundo la Palabra de la
verdad y el Espíritu de la santificación para revelar a los hombres tu
admirable misterio, concédenos profesar la fe verdadera, conocer la
gloria de la eterna Trinidad y adorar su Unidad todopoderosa. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
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