Día 2.-
FUENTE DE SALVACIÓN
En cada página del
evangelio, el Corazón de Jesús habla de la fe. Por la fe Jesús cura las almas, sana los
cuerpos y resucita a los muertos. Cada uno de los milagros es el fruto de la fe; cada
palabra suya es una incitación a la fe
La fe es necesaria
como el pan que comes, como el aire que respiras. Con la fe eres todo; sin la fe no eres
nada. Con frecuencia nuestra fe es lánguida como una llama a punto de extinguirse. Cuando
en los campos, en las casas, en las oficinas, en las tiendas, se mofan de tu fe ¿sientes
el coraje de defenderla sin sonrojarte, sin respeto humano? Cuando las pasiones te asaltan
ferozmente, ¿Te acuerdas que con un acto de fe resultas invencible porque Dios combate por
ti y contigo?
¡Oh Corazón de Jesús, ceñido de corona de punzantes espinas! Me pesa de
los pecados que contra ti he cometido con mis sensualidades, y poca
mortificación.
Padrenuestro ...
Padrenuestro ...
Oración final. Oh Dios omnipotente, te pedimos que mires el inmenso amor
del Corazón de tu amado Hijo Jesús, para que te dignes aceptar cuanto
hacemos para tu mayor honra y gloria y en satisfacción de nuestros
pecados. Te lo pedimos por los méritos infinitos de tu Hijo, que contigo
vive y reina en unión del Espíritu Santo. Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
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