sábado, 31 de diciembre de 2016

VÍSPERAS DEL DÍA-SANTA MARÍA MADRE DE DIOS


Inicio

(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya

Himno
Hoy, Señor Jesús, el hombre en este suelo
cantar quiere tu amor,
y, junto con los ángeles del cielo,
te ofrece su loor.

Este Jesús en brazos de María
es nuestra redención;
cielos y tierra con su abrazo unía
de paz y de perdón.

Tú eres el Rey de paz, de ti recibe
su luz el porvenir;
Ángel del gran Consejo, por ti vive
cuánto llega a existir.

A ti, Señor, y al Padre la alabanza,
y de ambos al Amor.
Contigo al mundo llega la esperanza;
a ti gloria y honor. Amén.
Primer Salmo
Salmo 112: Alabado sea el nombre de Dios
Ant: ¡Qué admirable intercambio! El Creador del género humano, tomando cuerpo y alma, nace de una virgen y, hecho hombre sin concurso de varón, nos da parte en su divinidad.
Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes (Lc 1,52)
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: ¡Qué admirable intercambio! El Creador del género humano, tomando cuerpo y alma, nace de una virgen y, hecho hombre sin concurso de varón, nos da parte en su divinidad.
Segundo Salmo
Salmo 147: Acción de gracias por la restauración de Jerusalén
Ant: Cuando naciste inefablemente de la Virgen, se cumplieron las Escrituras: descendiste como el rocío sobre el vellón para salvar a los hombres. Te alabamos, Dios nuestro.
Ven acá, voy a mostrarte a la novia, a la esposa del Cordero (Ap 21,9)
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.

Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;

hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Cuando naciste inefablemente de la Virgen, se cumplieron las Escrituras: descendiste como el rocío sobre el vellón para salvar a los hombres. Te alabamos, Dios nuestro.
Cántico NT
Efesios 1, 3-10: El Dios Salvador
Ant: En la zarza que Moisés vio arder sin consumirse, reconocemos tu virginidad admirablemente conservada. Madre de Dios, intercede por nosotros.
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante Él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: En la zarza que Moisés vio arder sin consumirse, reconocemos tu virginidad admirablemente conservada. Madre de Dios, intercede por nosotros.
Lectura Bíblica
Ga 4,4-5
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
V/. La Palabra se hizo carne. Aleluya, Aleluya.
R/. La Palabra se hizo carne. Aleluya, Aleluya.
V/. Y acampó entre nosotros.
R/. Aleluya, Aleluya.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. La Palabra se hizo carne. Aleluya, Aleluya.
Cántico Evangélico
Cántico [en Español] [en Latín]
Ant: Por el gran amor que Dios nos tiene, nos ha mandado a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado: nacido de una mujer, nacido bajo la ley. Aleluya.

(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Por el gran amor que Dios nos tiene, nos ha mandado a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado: nacido de una mujer, nacido bajo la ley. Aleluya.
Preces
Bendito sea el señor Jesús, nuestra paz, que ha venido para hacer de dos pueblos uno solo. Supliquémosle diciendo:
Concede, Señor, tu paz a todos los hombres
  • - Tú que al nacer has revelado la bondad de Dios y su amor al hombre,
    ayúdanos a vivir siempre en acción de gracias por todos tus beneficios
  • - Tú que hiciste a María, tu madre, llena de gracia,
    concede también la abundancia de tu gracia a todos los hombres
  • - Tú que viniste a anunciar la Buena Noticia de Dios al mundo,
    multiplica los ministros y los oyentes de tu mensaje
  • - Tú que has querido nacer de La Virgen Maria para ser nuestro hermano,
    haz que todos los hombres sepamos amarnos como hermanos
  • - Tú que apareciste en el mundo como sol que nace de lo alto,
    revela la claridad de tu presencia a los difuntos y haz que puedan contemplarte cara a cara
Como hijos que somos de Dios, dirijámonos a nuestro Padre con la oración que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Final
Dios y Señor nuestro, que por la maternidad virginal de María entregaste a los hombres los bienes de la salvación, concédenos experimentar la intercesión de aquella de quien hemos recibido a tu Hijo Jesucristo, el autor de la vida. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Si el que preside no es un ministro ordenado, o en el rezo individual:

(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.
 

Si el que preside es un ministro ordenado, utiliza una de estas dos fórmulas finales:
(Fórmula larga)
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. La paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodie vuestros corazones y vuestros pensamientos en el conocimiento y el amor de Dios y de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
V/. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R/. Amén.
 
(Fórmula breve)
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros.
R/. Amén.
 
Si se despide a la asamblea se añade:
V/. Podéis ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.




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