miércoles, 9 de julio de 2025

LECTURAS Y MEDITACIÓN DEL DÍA

 



Primera lectura

Lectura del libro del Génesis 41,55-57;42,5-7.17-24a:

En aquellos días, llegó el hambre a todo Egipto y el pueblo reclamaba pan al Faraón, y este decía a los egipcios:
«Id a José y haced lo que él os diga».

El hambre se extendió a toda la tierra, y José abrió los graneros y repartió raciones a los egipcios, mientras arreciaba el hambre en Egipto.

De todos los países venían a Egipto a comprarle a José, porque el hambre arreciaba en toda la tierra.

Los hijos de Jacob fueron a Egipto a comprar grano junto con otros grupos, pues había hambre en la tierra de Canaán.

José mandaba en el país y distribuía las raciones a todo el mundo.

Vinieron, pues, los hermanos de José y se postraron ante él, rostro en tierra. Al ver a sus hermanos José los reconoció, pero él no se dio a conocer, sino que les habló duramente.

Y los hizo detener durante tres días.

Al tercer día, José les dijo:
«Yo temo a Dios, por eso haréis lo siguiente, y salvaréis la vida: si sois honrados, uno de vosotros quedará bajo custodia en la casa donde estáis detenidos y los demás irán a llevar el grano a sus familias hambrientas. Después me traeréis a vuestro hermano menor; así probaréis que habéis dicho la verdad y no moriréis».

Ellos aceptaron, y se decían:
«Estamos pagando el delito contra nuestro hermano, cuando le veíamos suplicarnos angustiado y no le hicimos caso; por eso nos sucede esta desgracia».

Intervino Rubén:
«¿No os lo decía yo: "No pequéis contra el muchacho", y vosotros no me hicisteis caso? Ahora nos piden cuentas de su sangre».

Ellos no sabían que José les entendía, pues había usado intérprete. Él se retiró y lloró.

Salmo de hoy

Salmo 32,2-3.10-11.18-19 R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti

Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones, R/.

El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R/.

Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 10,1-7

En aquel tiempo, Jesús, llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda dolencia.

Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo, y Tadeo; Simón el de Caná, y Judas Iscariote, el que lo entregó.

A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:
«No vayáis a tierra de paganos ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel.

Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos».

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

"Estamos pagando el delito contra nuestro hermano"

La primera lectura nos presenta el relato del libro del Génesis, en el que nos refiere parte de la historia de José, hijo de Jacob, a quien sus hermanos, por envidia, vendieron a unos comerciantes y estos, a su vez, lo vendieron como esclavo en Egipto, y que, por su don de saber interpretar los sueños, fue llevado ante el Faraón y supo dar sentido al sueño recurrente que tenía el rey de Egipto, vaticinándole siete años de cosechas excelentes, seguidos de otros siete años de penuria y hambre en todo el mundo conocido. El Faraón, agradecido, le concedió todo el poder para poder organizar la forma de almacenar trigo y víveres, para poder hacer frente a los años de penuria, e incluso poder ayudar a los países vecinos.

Los hermanos de José, ante la brutal hambruna que sufrían en sus tierras, decidieron acudir a Egipto a comprar trigo, presentándose ante José, al que no reconocieron, y este, para comprobar si estaban arrepentidos, los trató con dureza, obligándoles a que volvieran con su hermano menor.

A José no le movía ningún tipo de resentimiento hacia sus hermanos, al contrario, cuando se dio a conocer, se mostró totalmente misericordioso y alegre de haberse podido reunir con su familia.

La misericordia que muestra José al comprobar cómo sus hermanos estaban arrepentidos de su terrible acción, es la misma que el Señor quiere que todos tengamos con aquellos que nos rodean, tal como nos refiere el salmista en el salmo 32 “Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros como lo esperamos de ti”, pues los ojos del Señor están puestos en los que esperamos su misericordia, librándolos de la muerte y reanimándolos en tiempo de hambre.

Así actuó San Juan de Colonia, dominico alemán, cuya memoria celebramos hoy, que no huyó de la amenazas de los calvinistas, sino que permaneció mostrando una gran misericordia, junto a sus fieles del sur de Holanda, siendo martirizado junto a un gran número de religiosos de distintas Ordenes.

"Id a las ovejas descarriadas de Israel"

Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para curar enfermedades y expulsar espíritus inmundos, y así dar muestras de la inmensa misericordia que ofrece el anuncio del Reino de los Cielos.

Llama la atención cómo los doce se convierten en los representantes del “Nuevo Israel”, de la nueva situación que se crea con la llegada del Reino de Dios, por eso los capacita para que, en su nombre, quiten todo tipo de sufrimiento a todos los que han abandonado la senda de la Palabra de Dios, las ovejas descarriadas de Israel.

Nombra a cada uno de ellos, como muestra de su importancia ante la comunidad y reconociéndolos como ayudantes de Jesús, para el anuncio del Reino. Entre ellos figura Mateo, publicano recaudador de impuestos, profesión odiada y considerada impura para los judíos observantes, pero dando a entender que en el Reino de Dios todos son bien acogidos, si están dispuestos a aceptar la Palabra, no teniendo, pues, el pasado de cada uno, sino su disposición a vivir una vida nueva.

Jesús se rodea así de colaboradores, que sean capaces de llevar la luz de su Palabra a todas las naciones, una vez haya vuelto al Padre, y ser transmisores de la infinita misericordia que Dios les ha infundido a través de Jesús.

¿Es necesario tener un ”currículum impecable” para anunciar la Buena Noticia? ¿Pensamos, más bien, que vale más la disponibilidad y la confianza ciega en Jesús? ¿Somos sembradores de misericordia?

SANTOS DEL DÍA

 



Santoral

Agustín Zhao y compañeros, Santos
Memoria Litúrgica, 9 de julio...

martes, 8 de julio de 2025

LECTURAS Y MEDITACIÓN DEL DÍA


 


Primera lectura

Lectura del libro del Génesis 32, 23-33

En aquellos días, todavía de noche se levantó Jacob, tomó a las dos mujeres, las dos criadas y los once hijos y cruzó el vado de Yaboc. Después de tomarlos y hacerles pasar el torrente, hizo pasar cuanto poseía.

Y Jacob se quedó solo.

Un hombre luchó con él hasta la aurora. Y viendo que no podía a Jacob, le tocó la articulación del muslo y se la dejó tiesa mientras peleaba con él.

El hombre le dijo:
«Suéltame, que llega la aurora».

Jacob respondió:
«No te soltaré hasta que me bendigas».

Él le preguntó:
«¿Cómo te llamas?».

Contestó:
«Jacob».

Le replicó:
«Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con hombres, y has vencido».

Jacob, a su vez, preguntó:
«Dime tu nombre».

Respondió:
«¿Por qué me preguntas mi nombre?».

Y le bendijo.

Jacob llamó aquel lugar Penuel, pues se dijo:
«He visto a Dios cara a cara y he quedado vivo».

Cuando atravesaba Penuel, salía el sol, y él iba cojeando. Por eso los israelitas, hasta hoy, no comen el tendón de la articulación del muslo, porque Jacob fue herido en dicho tendón del muslo.

Salmo de hoy

Salmo 16,1.2-3.6-7.8.15 R/. Yo con mi apelación vengo a tu presencia, Señor

Señor, escucha mi apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño. R/.

Emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.
Aunque sondees mi corazón,
visitándolo de noche,
aunque me pruebes al fuego,
no encontrarás malicia en mí. R/.

Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios
a quien se refugia a tu derecha. R/.

Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9,32-38

En aquel tiempo, le llevaron a Jesús un endemoniado mudo. Y después de echar al demonio, el mudo habló.

La gente decía admirada:
«Nunca se ha visto en Israel cosa igual».

En cambio, los fariseos decían:
«Este echa los demonios con el poder del jefe de los demonios».

Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia.

Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, «como ovejas que no tienen pastor».

Entonces dice a sus discípulos:
«Las mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies».

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

La Fuerza de la Palabra

La existencia humana, la experiencia de los cristianos de vivir en el mundo sin ser del mundo, se mueve siempre entre la necesidad de aceptar y acoger y disfrutar de la realidad de la existencia como creada por Dios para el hombre, y la urgencia y la importancia de transformarla en todo lo que tiene también de contraria al plan de Dios, al proyecto del Reino.

Sabemos también que la única fuerza real capaz de “transformar” es el Amor, que ninguna otra de las realidades del mundo, ni el miedo ni la violencia ni la pura razón, tienen su misma fuerza. ¿Pero cómo se encarna, cómo se hace real, cómo se articula de forma práctica ese amor? Una clásica biografía sobre santo Domingo de Guzmán, de Guy Bedoulle, llevaba por título La Fuerza de la Palabra y así es como las lecturas de este martes pueden orarse, como una llamada a usar la Palabra como la forma en la que el amor se hace real y práctico en nuestro mundo para transformarnos, convertirnos, y para colaborar nosotros con Él en transformar nuestro mundo.

"¿Cómo te llamas?"

La lucha de Jacob con el Ángel de Dios, una forma de mencionar al Señor en el imaginario judío para no llamarle directamente por su nombre, tiene la fuerza del combate y la fuerza del nombre.

El nombre en las tradiciones clásicas tiene la capacidad de dar la identidad profunda de una persona o un lugar, de dar el verdadero sentido de una existencia. Que Jacob luche con Dios puede ser una muy buena imagen de nuestras luchas personales por buscar a Dios en nuestra vida, por hacerle el verdadero protagonista de nuestra existencia. El esfuerzo que cada uno ha de hacer por acoger sus designios, sus planes de plenitud para cada uno de nosotros, de querer transformarnos conforme a su Palabra de Vida, conforme a su Evangelio.

Que Dios le dé un nuevo nombre, Israel, es esa poética y profunda imagen de cómo Dios, que nos conoce más que nosotros mismos y que sabe cómo nuestra vida puede desplegarse y fructificar y llenarse de plenitud, quiere pronunciar nuestro verdadero nombre, darnos nuestra auténtica identidad. Tiene la fuerza del amor, de una palabra pronunciada que busca que seamos quienes estamos llamados a ser, de hacer que sea Dios y su voluntad para cada uno la que nos diga quién somos realmente, quiénes estamos llamados hacer, cómo hacer vida desde el Amor de Dios.

"Rogad al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies"

Pero hay quien aún no ha descubierto la Palabra de Vida que es Dios, hay quien aún vive esclavizado por tantas y tantas realidades de muerte y de angustia y de miedo, como la imagen del poseído que con su milagro libera, con la fuerza de su palabra, el Señor Jesús en este evangelio de Mateo.

Aún hoy hay tantos que viven sin referencias, sin modelos de plenitud y de sentido, como ovejas sin pastor. Y eso lleva a recordarnos de nuevo que se necesitan voces que lleven palabras de amor y de identidad, de evangelio, que sanen y curen dolencias y enfermedades como tantas vemos a nuestro alrededor. Que enseñen y proclamen que teniendo a Dios en nuestra vida, que intentando hacer vida del evangelio del Amor, la vida del ser humano mejora y se libera del miedo y la muerte diaria de la tristeza y el sinsentido.

Es por eso que necesitamos más “obreros” que utilicen la fuerza del amor encarnado en la fuerza de la palabra. No dejemos de rogar por ello, porque el Señor siga despertando la compasión en el corazón de hombres y mujeres de nuestro mundo que se tomen en serio el servir a sus hermanos, y que esos hombres y mujeres abran los oídos y el corazón al dolor del mundo y a la Palabra de Dios que les da un nuevo nombre, que les transforme para transformar nuestro mundo.

Hoy así podemos también preguntarnos: ¿pronuncio yo palabras de amor que transformen? ¿he oído la voz de Dios pronunciando mi verdadero nombre? ¿necesito ser liberado yo de ataduras que me esclavicen? ¿abro mi corazón a la compasión por los demás? ¿me he preguntado alguna vez si el Señor me llama a ser un obrero que pronuncie Palabras de Vida para los demás?

SANTOS DEL DÍA

 



Santoral

Adriano III, Santo
CIX Papa, 8 de julio ...

lunes, 7 de julio de 2025

LECTURAS Y MEDITACIÓN DEL DÍA

 



Primera lectura

Lectura del libro del Génesis 28, 10-22a

En aquellos días, Jacob salió de Berseba en dirección a Jarán.

Llegó a un determinado lugar y se quedó allí a pernoctar, porque ya se había puesto el sol.

Tomando una piedra de allí mismo, se la colocó por cabezal y se echó a dormir en aquel lugar.

Y tuvo un sueño: una escalinata, apoyada en la tierra, con la cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella. El Señor, que estaba en pie junto a ella, le dijo:
«Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac. La tierra sobre la que estás acostado la daré a ti y a tu descendencia.

Tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te extenderás a occidente y oriente, a norte y sur; y todas las naciones de la tierra serán benditas por causa tuya y de tu descendencia. Yo estoy contigo; yo te guardaré donde quiera que vayas, te haré volver a esta tierra y no te abandonaré hasta que cumpla lo que he prometido».

Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo:
«Realmente el Señor está en este lugar y yo no lo sabía».

Y, sobrecogido, añadió:
«Qué terrible es este lugar; no es sino la casa de Dios y la puerta del cielo».

Jacob se levantó de madrugada, tomó la piedra que había colocado como cabezal, la ergidió como estela y derramó aceite por encima.

Y llamó a aquel lugar Betel, aunque antes la ciudad se llamaba Luz.

Jacob hizo un voto en estos términos:
«Si Dios está conmigo y me guarda en el camino que estoy haciendo, si me da pan para comer y vestidos para cubrirme, si vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios, y esta piedra que he erigido como estela será una casa de Dios; y de todo lo que me des, te daré el diezmo».

Salmo de hoy

Salmo 90,1-2.3-4.14-15ab R/. Dios mío, confío en ti

Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti». R/.

Él te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás.:
su verdad es escudo y armadura. R/.

«Se puso junto a mi: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación». R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9,18-26

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un jefe de los judíos que se arrodilló ante él y le dijo:
«Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá».

Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.

Entre tanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orla del manto, pensando que con solo tocarle el manto se curaría.

Jesús se volvió y, al verla le dijo:
«¡Animo, hija! Tu fe te ha curado».

Y en aquel momento quedó curada la mujer.

Jesús llegó a casa de aquel jefe y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
«¡Retiraos! La niña no está muerta, está dormida».

Se reían de él.

Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se levantó.

La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

“Yo estoy contigo”

En tiempos de los patriarcas se pensaba que Dios estaba vinculado con algunos lugares especiales. Pero Dios no está limitado por el espacio ni es, como tantas veces se ha contado un “prisionero en el sagrario”.

Con la escena de hoy Jacob enfureció a Esaú por lo que tuvo que emprender la huida. Jacob erige un altar a Dios y llama a aquél lugar “casa de Dios”. Todos los pueblos muestran su convicción de la cercanía de Dios y de su protección continua a lo largo de la historia.

No tenemos sueños como el de Jacob. Tenemos algo mejor: a Jesús nuestro Mediador, que nos hace el acceso a Dios y nos ha llamado a ser discípulos suyos y a colaborar con él, siendo luz y sal y fermento en este mundo.

La fe que transforma

Es evidente la voluntad de Dios de estar cerca del hombre. En el pasaje evangélico accede a imponer las manos sobre la niña muerta, y permite que la toque el manto una mujer enferma.

Dios no está nunca distante. Es siempre presencia amistosa, íntima a todo sentimiento, en contacto con la necesidad. Jesús hizo curaciones a distancia, otras veces prefirió ir a donde su presencia significaba más que el milagro. El “hombre” y la “mujer” lo saben y exteriorizan un gesto de fe que no se resigna ante el mal, y es aceptado por Jesús.

Entre todos los que apretujaban a Jesús hubo un contacto de fe que hizo salir virtud de él. La tímida mujer arranca un milagro. Lo que salva no es acercarse a Jesús, oír su palabra, pertenecer a su raza o ser miembro de su familia, lo que salva es la fe. La convicción de la mujer y la resurrección de la niña evocan signos sacramentales.

En los sacramentos es Jesús tocado con resultado desigual. Sólo el contacto de la fe produce el resultado de la transformación espiritual.

SANTOS DEL DÍA

 



Santoral

Fermín, Santo
Obispo y Mártir, 7 de julio ...

sábado, 5 de julio de 2025

LECTURAS Y MEDITACIÓN DEL DÍA

 



Primera lectura

Lectura del Profeta Isaías 66, 10-14c

Festejad a Jerusalén, gozad con ella,
todos los que la amáis;
alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto;
mamaréis a sus pechos
y os saciaréis de sus consuelos,
y apuraréis las delicias
de sus ubres abundantes.

Porque así dice el Señor:
«Yo haré derivar hacia ella,
como un río, la paz,
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.

Llevarán en brazos a sus criaturas
y sobre las rodillas las acariciarán;
como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo,
y en Jerusalén seréis consolados.

Al verlo, se alegrará vuestro corazón,
y vuestros huesos florecerán como un prado,
se manifestará a sus siervos la mano del Señor».

Salmo

Salmo 65, 1-3a. 4-5. 6-7a. 16 y 20 R/. Aclamad al Señor, tierra entera.

Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!». R/.

Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R/.

Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos en él,
que con su poder gobierna eternamente. R/.

Los que teméis a Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica,
ni me retiró su favor. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 6, 14-18

Hermanos:

Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo.

Pues lo que cuenta no es la circuncisión ni la incircuncisión, sino la nueva criatura.

La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios.

En adelante, que nadie me moleste, pues yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén

Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 10, 1-12. 17-20

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:

«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.

¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.

Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.

Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.

Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles:
“El reino de Dios ha llegado a vosotros”.

Pero si entráis en una ciudad y no os reciben, saliendo a sus plazas, decid: “Hasta el polvo de vuestra ciudad, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que el reino de Dios ha llegado”.

Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para esa ciudad».

Los setenta y dos volvieron con alegría diciendo:
«Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre».

Él les dijo:
«Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno.

Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».


El hombre unido a Dios, abarca el mundo entero

El hombre está en el centro de la estructura del mundo. Tiene más poder que las otras criaturas que permanecen en la misma estructura. Es pequeño por su estatura, grande por las energías de su alma. La cabeza en alto y los pies bien apoyados, es capaz de mover los elementos de lo Alto como los de aquí abajo. Las obras de sus manos abarcan todo porque tiene la posibilidad de poner ese poder en obra, con la energía del hombre interior. El cuerpo es más grande que el corazón, pero las energías del alma sobrepasan en poder a las del cuerpo. El corazón está escondido en el fondo del cuerpo, pero el cuerpo está rodeado de las energías del alma, que se extienden al mundo entero. Así, por la ciencia de Dios, la conciencia unida a Dios, el fiel existe y tiende hacia Dios en las dificultades del espíritu del siglo. En todas sus tareas, prósperas o adversas, aspira hacia Dios. En ellas no cesa de manifestar a Dios todo el respeto amoroso que lo anima. El hombre interior contempla con sus ojos de carne las criaturas que lo rodean, pero con la fe, ve a Dios. El hombre reconoce a Dios en todas las criaturas, ya que en las criaturas percibe a su Creador.