Epifanía del Señor
Epifanía del Señor
Solemnidad, 6 de enero
Fuente: Archidiócesis de Madrid
![](https://imagenes.catholic.net/imagenes_db/922695_epifania_senor-x200.jpg)
Fuente: Archidiócesis de Madrid
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Con
los pastores pasó hace unos días un acontecimiento extraño que resultó
bien. Cuidaban sus rebaños cumpliendo su rudo oficio cuando vieron una
tan extraña como clara visión de ángeles que les decían cosas al
principio incomprensibles y al poco rato comprobadas. Sí, allí, en un
casuco, estaba el Niño del que se les habló, con su madre y un varón.
Hicieron lo que pudieron en su tosquedad y carencia según mandaban las
circunstancias. Como les habían asegurado que era la "Luz que iluminaba
al pueblo que habitaba en sombras de muerte", de lo que tenían dieron
para ayudar y para quedar bien con aquella familia que al parecer era
más pobre que ellos. No les costó trabajo aceptar el milagro que era tan
claro. Lo dijeron los ángeles, pues... tenían razón.
Vinieron unos Reyes. Fueron los últimos en llegar a ver a aquel Niño y si se entretienen un poco más..., pues ¡que no lo encuentran! Viajaron mucho por los caminos del mundo. Venían desde muy lejos. Pasaron miedo, frío y calor. Hasta estuvieron perdidos pero, preguntando e inquiriendo, sacaron fruto de su investigación. Aquello fue un consuelo porque tuvieron susto de haber perdido el tiempo y tener que regresar a los comienzos con el fracaso en sus reales frentes. Pero no, sabían que aquella estrella era capaz de llevarles adonde estaba Dios. También las circunstancias mandaban y adoraron y ¡cómo no! ofrecieron dones al Niño-Creador.
Los dos son caminos, la fe y la razón. Uno es sencillo, basta con que hable Dios. El otro es costoso, búsqueda constante y sincera con peligros de equivocación. La Verdad está en su sitio. Sencillez es condición. Los pastores la aprehenden y los sabios la descubren. Entrambos la sirven y entrambos son de Dios.
Vinieron unos Reyes. Fueron los últimos en llegar a ver a aquel Niño y si se entretienen un poco más..., pues ¡que no lo encuentran! Viajaron mucho por los caminos del mundo. Venían desde muy lejos. Pasaron miedo, frío y calor. Hasta estuvieron perdidos pero, preguntando e inquiriendo, sacaron fruto de su investigación. Aquello fue un consuelo porque tuvieron susto de haber perdido el tiempo y tener que regresar a los comienzos con el fracaso en sus reales frentes. Pero no, sabían que aquella estrella era capaz de llevarles adonde estaba Dios. También las circunstancias mandaban y adoraron y ¡cómo no! ofrecieron dones al Niño-Creador.
Los dos son caminos, la fe y la razón. Uno es sencillo, basta con que hable Dios. El otro es costoso, búsqueda constante y sincera con peligros de equivocación. La Verdad está en su sitio. Sencillez es condición. Los pastores la aprehenden y los sabios la descubren. Entrambos la sirven y entrambos son de Dios.
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